martes, 23 de octubre de 2012

Io e te, tre metri sopra il cielo

Me agrada el recordar fechas de cosas insignificantes. La fecha del día de hoy la recordé por tener relación con recuerdos muy bonitos y no tan bonitos. Y sí, puede parecer una simpleza, pero para mí sí tiene importancia, y es que hace exactamente un año, si mal no recuerdo, vi por primera vez Tres metros sobre el cielo por recomendación de una persona, de cuyo nombre no quiero acordarme. Lo cierto es que esa película tomó cierto significado para mí e inmediatamente se convirtió en una de mis favoritas.

La novela no la considero tan buena, y sin embargo la película para mí es toda una obra maestra que capturó realmente la esencia de la historia y la llevó incluso más allá, convirtiéndose en un clásico entre los jóvenes.

¿Quién no va desear un novio así como Hache? Un príncipe cambiado por un joven despreocupado, un caballo blanco por una Honda azul, sus ropas finas por una chaqueta de cuero negro. Amor de adolescentes, amor fugaz que no acaba bien.

Y sí, aún sigo lamentando el hecho de que todo terminara. Pero justo por eso me gusta, porque la historia no engaña, sólo muestra la cruel realidad. La segunda parte es una vil porquería que hizo lo que le dio su reverenda gana con el argumento del segundo libro, por eso me quedo con la primera y siempre con la primera. Me quedo con la española y no con la italiana. Me quedo con mi amor Mario Casas y no lo suelto y no lo suelto.

Yo quiero un amor como ese, un amor como el de Hache y Babi aunque se marche pronto y luego me deje tan vacía como antes, como siempre.



Todo lo que siento por ti, sólo sabría decirlo así.

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