domingo, 13 de enero de 2013

Dos mil trece

Mis planes no incluían escribir nada de esto, pero me di cuenta de que ésta sería la primera entrada del 2013, así que cambié de opinión. No había podido publicar nuevas entradas porque mi computadora (que hace poco fue formateada de nuevo) no cargaba la página de Blogger. Después de varios intentos fallidos, espero tener más éxito esta vez.

A estas alturas del mes, sería más ridículo de lo normal escribir todas esas cursilerías recibiendo al nuevo año. Pero sí quisiera poner en manifiesto mis esperanzas para con este 2013, que ya tiene catorce días transcurridos (sí, ya son las 12:00).

Quisiera decir que espero que este año me traiga cosas buenas. Que supere mis expectativas. Que se cumpla, cuando menos, la mitad de todos mis sueños. Tener la fuerza para llegar a mis metas y el coraje para realizar mis planes.

Quiero que cuando culmine este año, si Dios me da licencia, pueda volver a decir ¡Demonios! Este maldito año fue el mejor de todos los que he vivido.

Y el año saliente, ¿qué me dejó? La certeza de que soy más fuerte de lo que creí, y menos frágil de lo que todos piensan. A apreciarme por ser diferente, y convencerme de que eso no es malo, que todavía es posible vivir (no sobrevivir) siendo así.

Y sobre todo, hoy por hoy, mis sonrisas son más sinceras. Tengo un amigo que siempre me advierte que no me olvide de sonreír, y eso es lo que hago.

Así que, encomiendo este año a Dios, y con él, a todos quienes forman parte de mi vida, para que este sea sin duda un año para recordar... Pero de una manera positiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario